LA MUERTE
“ La muerte no es nada, sólo he pasado a la habitación de al lado. Yo soy yo, vosotros sois vosotros. Lo que somos unos para los otros seguimos siéndolo. ” San Agustín de Hipona
El cristianismo es la religión por excelencia que da sentido a la vida y a la muerte, que da sentido al dolor y al sufrimiento. Gracias a la Resurrección los cristianos celebramos que la vida vence a la muerte, que el perdón vence al pecado, que la luz vence la oscuridad, que la vida vence sobre el mal. El cristianismo da sentido a la vida y a la muerte, porque venimos del Amor de Dios, vivimos para amar, y morimos para resucitar y volver a Dios Padre. La muerte puede ser una liberación de una vida de sufrimiento, y por ello la puerta de entrada a una vida mejor. Para el que tiene fe la muerte debe ser motivo de esperanza y alegría. Es el paso a la verdadera vida, es un segundo y auténtico nacimiento.
Sin resurrección la cruz no tiene sentido. El dolor y el sufrimiento serían inútiles. Sin la Resurrección la Iglesia tampoco tiene sentido. Para el cristianismo la muerte es la puerta a la unión plena con Dios. La muerte es el punto donde LA VIDA y LA VIDA ETERNA confluyen, como un río busca su océano. La muerte es por esa razón también la puerta de unión con los seres queridos que ya murieron.
Ser cristiano supone aceptación tranquila y resignada de la muerte como culminación de la vida. La muerte es la puerta de entrada de nuestra vida a la VIDA ETERNA EN DIOS, en comunión plena con Dios. Por la muerte la vida terrenal se convierte en VIDA ETERNA en Dios. En cambio, LA MUERTE ETERNA no es un lugar creado por Dios, sino una condición que el hombre elige si rehúsa el Amor: lejanía de Dios y soledad absoluta.
»Este día que tanto temes por ser el último, es la aurora del día eterno». Séneca
Refiriéndose a la muerte, »¿Quién podría afirmar que una eternidad de dicha puede compensar un instante de dolor humano?». Albert Camus
